Prensa Casa Rosada

Por Aldo Hernando

La ciudad de Buenos Aires y 40 municipios de la provincia de Buenos Aires vuelven a fase 1 por el incremento de casos y la posibilidad de saturar el sistema de salud. Una decisión difícil de tomar pero necesaria. Los casos en el gran Buenos Aires y la Capital Federal vienen aumentando considerablemente con el correr de los días. 101 días de cuarentena y seguirá hasta el 17 de julio, después se verá. El objetivo de guardarse más achatar la curva lo más que se pueda, darle un descanso al sistema de salud y luego, en la medida de lo posible, ir abriendo lenta y definitivamente.

El objetivo de que sea el último gran esfuerzo está claro, pero ¿se podrá lograrlo? Hay muchas preguntas y pocas respuestas. No sólo en la Argentina, en el mundo entero.

La economía, mientras tanto, sigue sufriendo. Más de lo que ya venía sufriendo. Demasiadas crisis en muy corto tiempo viene sufriendo nuestro país. ¿Hasta cuándo? ¿hasta cuándo vamos a seguir soportando este nivel de inflación? ¿hasta cuándo vamos a soportar éste porcentaje de trabajo no registrado? ¿hasta cuándo habrá que seguir sufriendo nuevas crisis económicas que cada vez nos dejan más pobres e indefensos? Muchas preguntas, pocas respuestas.

La buena noticia que trajo la pandemia fue el trabajo en conjunto entre Horacio Rodriguez Larreta, Axel Kicillof y Alberto Fernández, el trabajo mancomunado de oficialismo y oposición siempre es una buena noticia. Como país, y como provincia de Buenos Aires, debemos madurar. Debemos dejar de ver al otro como el enemigo a vencer con el que no me puedo sentar a establecer cinco políticas de estado a largo plazo. Sin chicanas, sin aprietes, sin querer llevar a nadie a los empujones. Nos lo merecemos. Demasiado tiempo en peleas que no condujeron a ningún lado. Un país en el hay hambre, inseguridad, crisis económicas recurrentes, alta inflación, desempleo alto, alto porcentaje de empleo no registrado, no es responsabilidad de una sóla persona ni tampoco de un partido político, es responsabilidad de todos. Hagasmonos cargo.

En el plano bobaerense la llegada de Larroque le imprimió más territorialidad a una gestión que pareciera no hacer pie. Empantanada, y a eso se le agrega versiones de una posible salida del Ministro de Salud Daniel Gollán y su reemplazo por su segundo Nicolás Kreplak, situación que no es agradable en un contexto de crisis sanitaria. Se habla de malestar de varios intendentes del conurbano con el ministro e incluso con otros ministros del gabinete de Kicillof. Un gabinete más técnico que político. A seis meses de gestión no se ve un rumbo claro, y no toda la culpa es de la pandemia.

Otra polémica se dio esta semana con el posible traslado de enfermos de Coronavirus del conurbano a distritos del interior, luego desmentido. Similar situación se vivió días pasados con un informe del Ministerio de Salud de la Nación sobre ocupación de camas de terapia intensiva. Situaciones que tampoco debieran ocurrir. La situación epidemiológica ya es bastante grave como para seguir sumándole agravantes.

Otra de las noveddes de la semana fue la causa de mega espionaje descubierta hace pocas semanas por el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena y que sigue acumulando material. Esta semana allanaron la casa del secretario de Mauricio Macri, quien señaló que no conoce a Susana Martinengo, la secretaria de documentación presidencial de su gestión a quien acusan de llevarle las carpetas de espionaje. Una causa que escandaliza pero también pone al descubierto una situación que sucede hace muchos años en la Argentina y de la que siempre se habló. Los sotanos de la democracia. Pareciera que Alberto Fernández estaría dispuesto a erradicar esa costumbre del carpetazo y el espionaje ilegal, pero habrá que esperar para ver cuan cierto es esa decisión.

La pandemia dejó más al descubierto las desigualdades sanitarias, educativas, tecnológicas, económicas, alimentarias, que ya estaban ahí, que todos veíamos, pero ahora están bien visibles. La economía informal de los que viven al día, la falta de condiciones de salubridad e higiene en los barrios. La falta de urbanización. La brecha tecnológica. En fin, la desigualdad social y económica que hace décadas afecta a nuestro país. No sirven las chicanas, sirve la construcción, la planificación y el trabajo en conjunto. Pasada la pandemia el gobierno bonaerense, en coordinación con el estado nacional, deben urbanizar los 1800 barrios populares que hay en la provincia de Buenos Aires.

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