Por Elizabeth Selva*

Lunes 2 de Noviembre de 2020 – ¡Muy buen lunes para todos! Seguimos en escenarios complejos pero conviene focalizar la energía en lo que si podemos resolver y cambiar y de eso nos vamos a ocupar hoy.

«Familias y pandemia» es un tema que nos convoca a todos, invito a darse este espacio para reflexionar acerca de sus familias en tiempos de pandemia. Desde mi ejercicio profesional como terapeuta, desde las Nuevas Ciencias de la Conducta, en estos tiempos trabajando de manera online en el trabajo de orientación a padres con hijos en edad escolar, ya sea primario o secundario. Es un tiempo oportuno para trabajar en dar recursos y fortalecer a las familias.

Quien pudo tomar esta pandemia y extenso confinamiento social como un aprendizaje se ha fortalecido en adquisición de recursos. Para las familias ha sido un desafío para ocuparse de temas que antes de la pandemia, por las exigencias del afuera, no habían tenido tiempo para profundizar y ocuparse de la comunicación y vínculos afectivos en la familia.

Sé que puede parecer raro escuchar esto que digo: tomar esta prolongada convivencia en pandemia, tomarla para reparar muchos funcionamientos comunicacionales y desarrollar tolerancia por parte de todos los miembros, es fundamental para llegar a buen puerto en medio del estrés y pandemia.

Hoy comparto parte de los aprendizajes y observaciones terapéuticos que pueden ser de utilidad para cada una de las familias que nos leen lunes a lunes. En esta pandemia, el trabajo con familias de manera online también desde la terapia familiar sistémica, decidí desde hace tiempo cuando me consultan por niños y jóvenes, trabajo con los padres, los adultos a cargo, casados, separados.

Conviene conocer las dinámicas de la vinculaciones familiares y parte de mi rol profesional es infundir confianza a los adultos y dar recursos para que ese sistema familiar pueda hacer aprendizajes hacia convivencias con paciencia, amor, dialogo, empatías mutuas.

Cada sistema familiar que me consulta es un desafío de crear nuevas formas de comunicarse, darse afecto, reconocimiento, hacer aprendizajes emocionales. Desde un enfoque más transcendente y espiritual, cada familia es un sistema de almas y el desafío inicial para mí será empatizar y entender a esos padres. Desandar mitos, dejar esos miedos a sentirse juzgados por el terapeuta y pasar a ser un equipo de trabajo con objetivos a alcanzar o lograr.

Es muy valioso que hayan tomado la decisión de trabajar para mejorar el clima familiar ya que cada problema o dificultad que traigan será un objetivo a resolver. Este concepto espiritual de sistema de almas nos introduce en emprender el aprendizaje de modificar conductas como actos de amor a estas personas que son nuestros hijos.

Es sabido también que muchas familias están atravesando la pandemia con un clima más turbulento, con situaciones de dificultades económicas, pérdidas de familiares que tal vez no pudieron despedirse; chicos y adolescentes que han perdido a alguno de sus abuelos y no pudieron despedirse. Allí posiblemente hay una familia llena de tristeza y no siempre las personas saben darse afecto y protección ante una pérdida. Pensar lo importante que es la expresión abierta y adecuada de las emociones por cada uno de sus miembros.

Muchas veces un miembro del sistema familiar muestra la emoción de un modo más marcado es quien está mostrando el dolor de todo ese sistema familiar. Desde la terapia familiar sistémica se dice que el todo es más que la suma de las partes, un sistema es una totalidad.

Cuando un sistema familiar se separa

Durante la pandemia ha habido muchas separaciones, es muy importante el compromiso de los adultos que puedan tener la madurez para realizar la mejor separación posible porque lo que mucha gente no entiende es el dolor de muchos jóvenes y chicos que sufren y les duele el alma. Cuando digo alma están incluidas las emociones auténticas, desde Análisis Transaccional: alegría, afecto, miedo, tristeza y rabia.

Muchas veces dicen «a los adolescentes no se los entiende» y en realidad hay que aprender a entender a esas almas, desarrollar empatía y no juzgarlos. Aprender cuando acercarse y cuáles son los intereses para entrar a sus almas.

Esta pandemia es una oportunidad para fortalecer las familias desde el amor y pensar que ambiente familiar nos conviene desarrollar en casa.
Es un trabajo, si es un trabajo, esta pandemia nos enseñó a ser claros con lo importante. A nosotros los adultos nos conviene aprender a motivarnos desde la calma, desde lo que se puede, a desarrollar un sistema de pensamiento positivo y redefinir cada problema en un objetivo de cambio.

La energía de los adultos es la que puede generar incertidumbre, conflicto o tranquilidad en nuestra casa, conviene aprender a ser conscientes de este poder personal y elegir la opción más conveniente para nuestro hogar. Es un año interesante para reforzar valores en nosotros y nuestros hijos, ya sean chicos o adolescentes: valores como la paciencia, la perseverancia, la fe, el amor en los pequeños actos diarios.

En esta pandemia, si queremos bajar el estrés familiar, conviene empezar por nosotros, los adultos, mirarnos en perspectiva, generarnos espacios de tranquilidad, desarrollar Fe y transmitirle esta confianza a nuestros hijos.

Si queremos que haya una tendencia hacia la comunicación y empatía, conviene empezar por conectarnos con nosotros. Darnos un espacio semanal para hacer vinculo más profundo con nuestros hijos, de la edad que sea, acercarnos a su mundo, sus intereses, sus gustos, poder llegar a esa alma y preguntarles cómo se sienten, que piensan, que necesitan. Tiempo para conversar, salir a caminar, salir a tomar un helado, aprovechar el buen clima, para que vayan a la plaza con algunos amigos, con barbijos, con el alcohol en gel, brindarles el apoyo para que sientan que están recuperando algunas libertades.

Comunicación, afecto, empatía, limites son algunos de los pilares para fortalecer los vínculos en las familias, cada familia es un sistema de almas; esta en cada uno de nosotros responsabilizarnos por lo que si podemos hacer, lo que si podemos aprender. Estas son algunas reflexiones para todos y cada uno de ustedes, revisen como están viviendo, como se están comunicando. Saber que si hay situaciones que se no sabemos cómo resolver, pedir ayuda profesional es un recurso para mejorar la vida de cada uno y sus familias. Me encantó haber compartido este espacio con ustedes.

*Psicóloga (Mat Prov. 93695) | Ciencias de la Conducta | @licelizabethselva

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.