Acciones coherentes y fortaleza interior para salir adelante de la pandemia

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Por Elizabeth Selva (Matrícula Provincial 93695)

Ayer domingo se celebró el Día del Padre ¡¡ Muy feliz día a todos los papas!! Seguro fue un día del padre diferente, más virtual con videos llamadas, juegos en zoom, siendo conscientes que estamos atravesando esta pandemia y quedarse en casa era lo más conveniente frenar la barrera de contagios.

Para todos los que se quedaron en casa, en honor a parar la barrera de contagios los felicito, por su capacidad para ponerse límites, frustrarse y esperar, en pos de un objetivo mayor. El saber frustrarnos y esperar es un tema, opuesto al consumismo y al yaismo que esta sociedad estaba acostumbrada. Todo ya, por eso la gente quiere terminar con esto y parece que todavía no se entendió que estamos atravesando una pandemia. Hace más de 100 años que no había una, es decir ninguno de nosotros habíamos vivido una, así que estamos haciendo el aprendizaje de lo que es vivir y sobrevivir a una.

El sábado fue el día de la bandera y la verdad que es un símbolo que nos representa como nación. Hoy en día poder desarrollar acciones coherentes es un acto patriótico, una bandera con el pueblo responsable que cuida lo que otros lograron, eso es la patria. La patria sos vos, soy yo con cada acto ético, coherente por el bienestar común de toda una nación.

Las acciones coherentes son acciones congruentes con el objetivo al que necesitamos llegar: evitar más contagios y que en algún momento se termine esta pandemia del Covid 19. Respecto a las acciones coherentes y el día del padre : pensar solamente en reunirme con mi familia no es un acto patriótico, es un acto egoísta, porque pienso en lo que yo necesito , así es como piensa un sector de los argentinos. Miran su pequeño círculo, lo entiendo pero estamos en medio de la tormenta de la pandemia y hay que llegar a esperar la esta tormenta termine.

Y nos guste o no esta pandemia nos vino a mostrar las desigualdades, también lo egoísta que fue el ser humano y de algún modo nos sigue mostrando con las acciones egoístas la dificultad para flexibilizarse y cambiar en pos de un objetivo que nos unifica, pensar en el bienestar
de todos.

Cualquiera que estaba o no con la conciencia de que si vino de afuera, tenía que hacer cuarentena un ejemplo: el de Chaco, una o dos médicas que vinieron de afuera si hubieran tenido conciencia de lo que podían generar, hubieran obrado con precaución, preservándose no hubiesen generado la exponencial red de contagios.

Hoy la patria no pasa por las decisiones de un presidente, es una sumatoria de acciones coherentes de cada uno de los ciudadanos. En un esfuerzo mancomunado. La patria somos todos nosotros, necesitamos recuperar esa conciencia y responsabilidad.

Desarrollar el valor de la unidad, hay palabras que cuando se asocian a partidos políticos la gente se confunde, esto no tiene que ver con política sino como personas, como grupo humano, como un gran grupo de almas que vive en un mismo territorio que llamamos país.

Qué se entiende por el valor de la unidad. La unidad es armonía con el grupo, unidad es trabajar juntos con una meta comprometida. La meta es atravesar esta pandemia, lo más unidos que podamos y que sean la menor cantidad de muertos que haya, así de simple y así de complejo.

Hablar de la unidad como valor: los valores son parte de la personalidad que nos ayudan a constituirnos, a ser buenas personas. Estoy convencida que en los medios masivos de comunicación convendrían que haya segmentos de aprendizaje en valores; ya que en los sociedades modernas valores como la honestidad, la bondad, el amor, la unidad han sido rotos por las masas económicas egoístas, que se creen que el poder del dinero es mejor que el valor del ser humano.

Necesitamos desarrollar una mentalidad de unidad para salir de esta pandemia, ser coherente con las acciones en conjunto. También desarrollar fortaleza interior, dentro de esta pandemia: En el encuentro anterior, al cerrar el escrito, les deje una frase, que era así: “El que acepta sufrir, sufrirá la mitad de la vida; el que no acepta sufrir sufrirá durante la vida entera” Confucio.

También les hable de aceptar el momento presente y el vivir aquí y ahora, estamos en un escenario que para poder modificarlo, frenarlo, hasta que no haya una vacuna la forma de afrontarlo es el confinamiento social administrado y las acciones coherentes. Quien niegue esto se va a contagiar, por descalificar, por creerse omnipotente, quien crea que a él no le puede pasar, al negar esa posibilidad, se está desprotegiendo el mismo.

La fortaleza interior se desarrolla, se ejercita. Es momento de nosotros los adultos cultivarla: con paciencia, temple, esperanza, fe, confianza en que vamos a salir delante de esto. No sé si en los tiempos mediatos como nos gustaría, pero necesitamos desarrollar la fortaleza interior y darles un mensaje protector a los niños y a los adolescentes.

Con mis hijas por ejemplo les he hablado, que esto va a durar un tiempo, que hay que tener paciencia, que esto es un gran aprendizaje a que lo importante es que podamos estar todos bien, disfrutar de actividades en casa, el valor de estar en contacto con los afectos, con sus amigas, desde las videos llamadas los zoom. Somos los adultos los que brindamos la calma, hoy es un trabajo, es uno de los trabajos que nos toca hoy.

De manera realista el 2020 es un año de mucho aprendizaje y apertura de conciencia. Salir adelante va a poder ser posible para quienes tengan conciencia, humildad, red afectiva; así como también la inteligencia de poder sostenerse económicamente para sobrellevar esta pandemia.

Para los que tenemos fe, este es un camino, como una ascensión a una montaña, estar en un bosque bajo una fuerte tormenta y se nos presentan obstáculos, podría ser una de las películas del señor de los anillos, donde Frodo emprende algunas de sus imponentes y complejas cruzadas en pos de
devolver el anillo donde se pueda destruir. La fortaleza interna, se desarrolla a fuerza de obstáculos, acciones coherentes, ser valientes y estar con fe. Es un proceso que hay que atravesar.

Me atrevería a decir que es un proceso colectivo de crecimiento, la forma de sociedad, de la economía, de los afectos, como la conocíamos hoy no es posible; de verdad no vayan a buscar la normalidad como la conocíamos por ahora no es posible. Nos convendrá ir observando de a poco que realidad se puede construir entre todos.

El Dalai lama en su libro “El arte de vivir en el nuevo milenio”. El hace un llamamiento a las sociedades , un llamado a ser más empáticos : “(…) trata de ayudar aunque solo sea un poco a los más desfavorecidos y a los que, por la razón que sea, no se bastan por si solos. Procura no dar la espalda a los que tienen una apariencia exterior perturbadora, a los mendigos y a los que no están bien. Trata de no considerarlos nunca inferiores a ti mismo. Si puedes, trata de no tenerme por mejor que el mendigo más humilde (…)». Este mensaje del Dalai Lama nos llama como sociedad a ser empáticos, solidarios. Este es su gran aprendizaje como una sociedad total de cooperar, de movernos con inteligencia y actos coherentes. Así como también desarrollar fortaleza interior.

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