Un estudio muestra que los bosques andinos tropicales y subtropicales están actuando como sumideros de carbono

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Por Federico García

Miércoles 28 de Abril de 2021 – Un estudio, recientemente publicado en Nature Communications, muestra que los bosques andinos tropicales y subtropicales están actuando como sumideros de carbono y tienen el potencial de servir como importantes refugios de carbono en el futuro.

La investigación fue liderado por Álvaro Duque de la Universidad Nacional de Colombia y Kenneth Feeley de la Universidad de Miami, y contó con la participación de investigadores de la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) como el investigador principal Ricardo Grau y la investigadora asistente Julieta Carilla, además de la técnica Oriana Osinaga Acosta, todos pertenecientes al Instituto de Ecología Regional (IER, CONICET-UNT), y el investigador Lucio Malizia de la Universidad Nacional de Jujuy.

El Instituto de Ecología Regional se ocupa de mantener la Red Subtropical de Parcelas Permanentes (RedSPP) que cuenta con 79 parcelas distribuidas por las Yungas en las provincias de Tucumán, Jujuy y Salta. Las primeras parcelas fueron establecidas en 1991 y, desde entonces, fueron remedidas entre tres y seis veces en los últimos 30 años.

La base de datos de la RedSPP cuenta con más de 40 000 árboles identificados y medidos. Contribuye así al estudio de los factores y procesos que condicionan la estructura y dinámica de estos bosques, así como su respuesta futura a los cambios globales (cambio climático, cambios en el uso de la tierra, invasión de especies exóticas).

Desde Argentina se aportó el seguimiento y análisis de 46 parcelas de bosques andinos subtropicales (ecorregión conocida como Yungas), Bolivia colaboró con 26 parcelas de bosque, Perú aportó 16, Ecuador, 21 y Colombia unas 10.

Las Yungas son regiones o ecorregiones de bosque andino y selva de montaña a lo largo del flanco oriental de los Andes centrales. Constituye una ecorregión global, se localiza desde el norte del Perú, atraviesa Bolivia y llega hasta el norte de Argentina y se caracteriza por ser una región biogeográfica longitudinal de bosque de montaña, nuboso, lluvioso y tropical.

Al respecto, Red Baires se puso en contacto con el investigador Ricardo Grau para conocer en detalle sobre el proyecto, su importancia y como fue llevado a cabo.

-¿Cuál es la importancia de que los bosques funcionen como sumideros de carbono?

Está bien cuantificado que hay un proceso de calentamiento del planeta que se atribuye en buena medida a la existencia de gases de invenadero. De esos gases de invernadero que están en la atmósfera, el que tiene el efecto cuantitativamente radiactivo más significativo en producir calentamiento es el dióxido de carbono, una molécula que “atrapa” la radiación que la Tierra emite. La Tierra se calienta por el sol y, a su vez, emite radiación pero las moléculas de dióxido de carbono evitan que esa radiación se vaya al espacio, por lo tanto el balance de temperatura del planeta se hace más caliente.

Ahora bien, el dióxido de carbono es una molécula que tiene carbono además de oxígeno y, por lo tanto, entra en el ciclo del carbono, es decir aquellos componentes del sistema terrestre en donde hay carbono; un lugar donde hay carbono es en la atmósfera en forma de dióxido de carbono, otro es en la vegetación o en la biomasa en general.

Entonces, en la medida que esa biomasa captura ese dióxido de carbono de la atmósfera, que lo hace mediante el proceso de fotosíntesis, disminuye la cantidad de carbono que hay en la atmósfera, por lo tanto que los bosques capturen y almacenen carbono en forma de biomasa implica reducir ese efecto de calentamiento atmosférico.

Por eso es importante lo que hemos documentado en este estudio. Que los bosques andinos, que ocupan una superficie comparativamente menor que los bosques de llanura, están teniendo tasas de acumulación de carbono más altas por distintos procesos y, por otra parte, al ser zonas menos amenazadas por la agricultura mecanizada porque son zonas de pendiente donde no se puede hacer este tipo de agricultura, tienen procesos de deforestación mucho menores, por lo tanto se puede decir que es un reservorio a largo plazo de carbono “extraído” de la atmósfera.

-¿Por qué este tipo de bosques contendría más carbono que otros tipos de bosques?

Este trabajo lo que hace es cuantificar la acumulación de carbono, los mecanismos detrás de eso no están estudiados pero se puede especular de alguna causas. Una probablemente es la temperatura, los bosques de las llanuras amazónicas ya están en un ambiente muy caliente y hay cierta evidencia de estudios más fisiológicos que sugieren que ya están “saturados” de temperatura, ya tienen toda la temperatura que pueden tener para realizar sus procesos fisiológicos, en cambio los bosques que están en lugares más fríos sí tienen mayor potencial de beneficiarse con mayor temperatura, entonces como el planeta se está calentando los bosques que están en lugares más fríos serían más receptivos a ese aumento de temperatura.

Otra variable que funciona de una manera similar es el mismo dióxido de carbono. Interpretamos que, a nivel atmósfera, el dióxido de carbono es un contaminante, en el sentido que nos causa algunos problemas como el aumento de la temperatura pero, por otra parte, el dióxido de carbono también es un fertilizante. La captura de carbono se hace a través del proceso de fotosintesis, es decir que la fotosíntesis para ocurrir requiere de dióxido de carbono, que como todos los gases son más densos a baja altura.

En general, las plantas tienen déficit de dióxido de carbono, si uno las pone en una atmósfera con más dióxido de carbono crecen más, es un proceso, desde el punto de vista fisiológico, de fertilización. Lo que está pasando es que aumenta el dióxido de carbono, entonces las plantas están creciendo más en respuesta a ese aumento que hay en la atmósfera.

¿Y cuáles son las plantas más sensibles? Aquellas que están a más altura porque, a más altura, hay menos dióxido de carbono y el aire se va haciendo menos denso. Por lo tanto, las plantas que están a mayor altura están más necesitadas de dióxido de carbono, entonces al producirse una fertilización son aquellas plantas que tienen más condiciones para beneficiarse. Ese tipo de procesos es lo que, en principio, haría que esté ocurriendo que haya mayores tasas en estos bosques de lugares más fríos y altos.

El patrón de aumento es bastante generalizado pero sí notamos tasas más altas en los bosques de Argentina. Hemos notado que los bosques en Argentina son los más distintos en cuanto a funcionamiento con respecto a los otros porque son menos diversos, tienen características de composición de la vegetación más distinta y también tienen tasas mayores de “secuestro” de carbono.

-¿Cómo es el mecanismo para saber la cantidad de carbono que tienen los árboles?

Lo que se mide es el diámetro de los árboles. A partir de eso, para muchas especies se han generado ecuaciones que, en base al diámetro, se estima la cantidad de biomasa que tienen. Las variables más importantes, además del diámetro, son la altura y la densidad de la madera; y con esas variables se han construido ecuaciones que estiman la cantidad de biomasa que hay.

Son ecuaciones que, por supuesto, tienen niveles de error pero como lo que aquí se estima es la tasa de cambio, esos errores no son tan graves. En una medición puedo decir que tengo un error del 20% pero si yo mido a ese mismo bosque veinte años después y detecto un aumento del 5% , eso es confiable porque estoy usando las mismas estimaciones, es decir que los errores dados por mala estimación de, por ejemplo, la forma del árbol, no son tan consistentes porque uno lo que mide es la variación.

-¿Qué sería la biomasa?

Todos los componentes de los seres vivos son biomasa, todo el árbol es biomasa. El grueso de la biomasa del planeta está en la vegetación, en general en los bosques y dentro de éstos, una fracción muy grande de lo que está por encima del suelo, alrededor del 90%, es la madera, y también el carbono que está en el suelo, por ejemplo en el humus. Pero lo que estimamos en esta investigación es la biomasa por encima del suelo y, básicamente, el principal componente es la madera.

-¿La medición es árbol por árbol?

Se miden parcelas de una, dos, cinco hectáreas y ahí se miden todos los árboles por encima de un determinado tamaño. Tipicamente se trabaja por encima de diez centimetros de diámetro. Y así como el grueso de la biomasa está en la madera, de ésta el 85 % del volúmen total de biomasa que está en los bosques está en los árboles grandes, entonces el esfuerzo de medir árboles más chicos es muy grande y no te influye en la estimación global.

-¿Podría pasar que se pueda compensar la contaminación ambiental con la plantación de bosques?

Contribuye pero no alcanza, pueden ayudar a mitigar y puede ser algo que sume a cambios tecnológicos que serían mucho más importantes. Parte del carbono que está en la atmósfera viene de bosques que ocurrieron hace cincuenta, cien millones de años, que son lo que ahora es petróleo, gas y carbón de piedra, es biomasa que se acumuló en el tiempo pasado por plantas que la fotosintetizaron pero quedaron enterradas; ahora se transformaron en petróleo y la estamos devolviendo a la atmósfera.

Eso no lo compensan las plantas del presente, que sí pueden hacer una diferencia entre lo que se emitió por deforestación y lo que los bosques crecen. Los cambios significativos tienen que venir en el uso de la energía, usar energía renovable en vez de energías fósiles.

Otro componente importante es el metano, que proviene mayormente de las excretas de los rumiantes, de las vacas fundamentalmente, que son la principal biomasa animal del planeta y tienen en su metabolismo un procesamiento de lo que comen que transforman el CO2 (Dióxido de Carbono) en metano, un gas que tiene un efecto invernadero que es veinte veces más “calentador”, entonces toda la industria de carne vacuna tiene un rol importante, como también otras industrias como el transporte, la calefacción y el uso de energía para producir todo lo que consumimos.

-Con respecto a la Red de Parcelas Permanentes, ¿es de ustedes?, ¿cómo lo mantienen?

Nosotros mantenemos las parecelas que están en Argentina, las remedimos periódicamente, en general las hemos establecido en sitios que nos han dado ciertas garantías que van a persistir a largo plazo, por ejemplo en áreas protegidas o en zonas privadas que no percibimos que estén amenazadas de transformarse para la agricultura.

Nosotros manejamos las de Argentina y por eso es un proyecto de colaboración internacional, cada grupo que hay en este proyecto se encarga de mantener y remedir periódicamente las parcelas de su país, en Bolivia en el sur y norte de Perú, en Ecuador y en Colombia, y todo ello conforma la Red de Bosques Andinos, que consiste en generar protocolos estandarizados para las mediciones, en compartir los datos y realizar análisis conjuntos con esos datos.

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