Regreso a Coronel Vallejos: «Un llamado de atención de lo que significa la memoria, la doble moral, el prejuicio»

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Por Federico García

A treinta años de su muerte, un 22 de julio de 1990, Manuel Puig sigue provocando debates desde sus novelas, algunas más vigentes que nunca. Pensemos en “El beso de la mujer araña” y su denuncia de la homofobia en las organizaciones políticas revolucionarias.

Puig fue un adelantado en cuestiones de género, un tema que hoy está muy establecido en la agenda mediática y de la sociedad, pero que en la década del sesenta y setenta no lo estaba.

Manuel Puig nació en General Villegas, pueblo que retrató en sus dos primeras novelas y al que nombró Coronel Vallejos, “La traición de Rita Hayworth” (1968) y “Boquitas Pintadas” (1969). Justamente por estas dos novelas no era bien visto en su tierra natal y por muchos años la mayoria de pueblo no lo quiso. En la actualidad las cosas han cambiado y en la entrada a General Villegas hay un cartel donde se señala que ahí nació el escritor que estuviera cerca de ganar un Nobel.

Sobre esta tensión entre el escritor reconocido en el mundo y su pueblo trata el documental “Regreso a Coronel Vallejos” (2017) del realizador Carlos Castro, también oriundo de General Villegas, periodista egresado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, donde da clases en un seminario “La mirada documental” y en el Taller de Narrativas Audiovisuales. También da clases en la Universidad Nacional de Quilmes.

En declaraciones a Red Baires, Carlos Castro habla sobre el documental, que tiene similitudes con el personaje de Oscar Martinez en “El ciudadano ilustre”.

Un documental que tiene como protagonista a Patricia Bargero, una nativa de Emilio Bunge que vive en General Villegas y una admiradora del escritor que estudió mucho su obra, y en cuya historia de vida encontró el director el dispositivo narrativo para concretar la película, nos

-¿Cómo surgió la idea del documental “Regreso a Coronel Vallejos”?

La película yo la venía pensando hacía muchos años. Soy de General Villegas así que conocía el mundo Puig. En las sobremesas familiares siempre se hablaba de Manuel Puig como el escritor que había sacado algunos trapitos al sol de la gente del lugar, otra parte que decía que estaba muy bien.

documental Regreso a Coronel Vallejos

Ya cuando empecé mi vida como realizador documental, siempre estaba la idea de hacer algo de Puig pero nunca la terminaba de definir, y en uno de los viajes que yo regreso a Villegas, me encuentro con Patricia Bargero, que hace mucho que no la veía, que ya era una bibliotecaria jubilada. Yo ya venía masticando la idea del guión de la película de Puig y dije, acá está el dispositivo narrativo para concretar la película.

Era mucho más atractivo que hacer una biografía o una realización que tuviera como eje al director que vuelve a su pueblo; me parece que la opción de colocarla a ella, muy arbitraria al principio, fue un hallazgo.

Me encuentro con ella, me muestra unos textos que tenía, que fueron publicados en una compilación sobre Manuel Puig, que completaban la idea de que ella podía ser la narradora. Encontramos unos materiales que eran bastante inéditos, de Felisa Pinto, y después se suma a la producción Gustavo Alonso, con quien terminamos haciendo el guión juntos. Después la película fue creciendo, ganamos en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, y gracias a eso se fueron algunos pequeños coproductores.

La película nunca tuvo ninguna pretensión de ser autobiográfica sino retratar la tensión que se generó en el pueblo luego de la publicación de las novelas “La traición de Rita Hayworth” y “Boquitas Pintadas”. Es la historia de esa tensión, la historia de Patricia Bargero y pinceladas sobre su vida, y también algunas pinceladas de la vida de Manuel Puig en el pueblo, que fue muy corta porque a los quince años se tuvo que ir a Capital.

-¿Cómo pensaste las otras personas que aparecerían en el documental?

Claramente Patricia es el personaje principal y después había dos personajes importantes que lo habían conocido. La idea fue representar personajes que mostraran el cotidiano de un pueblo pequeño. El concepto del documental es que todo sucede en el pueblo. A Mempo Giardinelli lo entrevistamos en La Plata pero todo lo demás se concentra en el pueblo. Mempo conocía la literatura de Puig, había ido a ese pueblo, escribió una nota donde se hablaba que los nativos estaban muy enojados con Puig.

Luego aparecieron tres maestras, ya adultas mayores, que me generaron , por la puesta de cámara que hicimos, un reportaje bastante puigiano, en términos que se parecen mucho a las mujeres que retrata Puig, que hablan, que chimentean, particulamente en “Cae la noche tropical”.

Documental Regreso a Coronel Vallejos

Inmediatamente me di cuenta que a estas señoras era mucho más rico dejarlas hablar (les decíamos que hacíamos tiempo para colocar todo el equipamiento) que haciéndoles preguntas concretas. Después hay un médico, el dueño de un boliche de barrio, el cura, el funebrero, que nos daban pinceladas de lo que es el pueblo. En este caso General Villegas pero podía ser cualquier pueblo de la pampa bonaerense, de cualquier parte del mundo porque trabajábamos con elementos universales, o al menos occidentales.

-En el trabajo de investigación que realizaron, encontraron un archivo inédito de Puig, ¿cómo fue llegar a ese archivo?

Felisa Pinto fue la creadora de carreras como Diseño en la Universidad de Buenos Aires y era muy amiga de Piri Lugones y Manuel Puig, amiga de todo el mundo intelectual de los años 60 y 70. Ella empieza a preparar un programa que se llamaba “Identikit”, sobre historias de vida.

Empieza con Manuel Puig, que para el año 1974 ya era un escritor con tres publicaciones muy impotantes, y da la casualidad que es la única filmación que hace Puig para la Argentina y además es un programa que no salió al aire, un piloto de quince minutos.

A nosotros nos pareció fantástico trabajar sobre ese material, así que nos bendijo con eso Felisa y la posibilidad de poder utilizarlo. Se trabajó con un archivo sonoro de Manuel, sus conferencias en Alemania a principios de los ochenta, y algunas conferencias que había dado en la Embajada Argentina en España que nos sirvieron para que el esté muy presente, tanto en los archivos que también conseguimos, que eran en su gran mayoría de Noticieros Bonaerenses sobre Villegas (un archivo similar al noticiero Sucesos Argentinos,1938-1972) que era un material increíble y con eso ilustramos de alguna manera la época que Manuel describió en sus dos primeras novelas.

Ese archivo sonoro nos estructuró también el relato, y su presencia contando también no sólo lo que pasaba en el pueblo en sus dos primeras novelas sino que empezamos a yuxtaponerlas con la historia de Patricia.Y por momentos parecía, manipulando ese audio, que estaba contando la vida de ella.

-Si bien el documental narra la relación de Manuel Puig con su pueblo natal, también puede ser un paralelismo con la relación que tuvo con la Argentina, porque desde que se fue del país no volvió, y además que no fue un escritor de la elite, ¿ lo ves así?

Si, totalmente. La ida se da en el año 74 por amenazas de la Triple A pero él estaba muy enojado porque sentía que había muy poco reconocimiento, sobre todo de sus pares de la inteligencia intelectual de esos años. Tiempo después Manuel fue muy reconocido en el mundo académico y de la investigación. Se empezó a sistematizar su obra, particularmente en la Universidad Nacional de La Plata donde surgieron muchos intelectuales que empezaron a sistematizar, se armaron cátedras. Pero en esos años era un tipo ninguneado, ni hablemos de su pueblo.

documental Regreso a Coronel Vallejos

Porque como vos dijiste era una gran metáfora de lo que pasaba en la Argentina. Recordemos que él en los años ochenta es candidato al Nobel y pasa sin pena ni gloria. Yo creo que él estaba muy enojado y sobre todo con muchos de los autores que creía muy ceremoniosos pero a los que consideraba muy aburridos.

Manuel trabajó sobre géneros muy populares. Pensemos que “Boquitas Pintadas” es un gran folletín organizado a partir de epígrafes de letras de tango que en esos años eran muy populares. Las novelas de Manuel eran leídas por sectores populares de nuestro país sin ningún tipo de apetencia intelectual. Era un escritor popular pero creo que no era un escritor muy reconocido por la inteligenzia. Hay reportajes a Oneti donde hablaba con cierto desdén de Manuel porque su literatura eran solamente diálogos o el mismo Vargas Llosa que hablaba con mucho desprecio sobre la literatura de Manuel.

-Volviendo al documental, ¿cómo fue la proyección en General Villegas?

Fue como un pequeño Cannes para mi. Yo soy del pueblo, iba al mismo cine al que iba Manuel, un cine con gran cantidad de butacas. Para mi fue un pequeño sueño, lo vivi con mucha intensidad y tensión, y con un documental que si bien no es necesariamente crítico es un pequeño llamado de atención de lo que significa la memoria, la doble moral, el prejuicio, sobre alguien que puso la luz en algunas cosas que parecían contradictorias, quizás un poco injustas.

Fue una experiencia preciosa, en todo momento hubo una gran recepción de la gente del pueblo porque me conocen, los conozco. Hubo siempre mucho apoyo a la película, que era pequeña pero hubiese sido imposible hacerla sin la colaboración de todos los habitantes, de todos los que estuvieron delante de la cámara. Todos los que estuvieron detrás de cámara fueron. Fue a sala repleta, el sueño del pibe.

-¿Cuándo viste “El ciudadano ilustre” viste un parecido con la historia de Puig?

Nosotros grabamos para la misma época. Lo que pasa que por contingencias lo estrenamos tiempo después, pero compartíamos técnicos que estaban en una película y otra. Si, era bastante cercana. Es como la lógica de cualquier personaje que se va de su pueblo y tiene algún logro, y vuelve teniendo reconocimiento en su pueblo.

Creo que era el personaje más cercano a Manuel Puig. La diferencia es que Manuel no pudo venir, aunque alguien sostenía que estaba planeando un regreso cuando Villegas cumpliera su centenario, en el año 86, pero es algo que no podemos comprobar.

Nosotros estamos trabajando en una serie biográfica que tiene que ver con sus recorridos en Europa, en Estados Unidos, en México y Brasil, y había como una cosa de regresar pero no se sabe. Aquella frase que dice Mantovani (el personaje de “El ciudadano ilustre”), “me gustaría regresar como una mirada sin cuerpo”, parece una frase de Manuel Puig.

-¿Qué pensas que significó Manuel Puig en la literatura argentina y latinoamericana?

Yo creo que Puig fue uno de los escritores más importantes de la Argentina y de habla hispana, porque toma este tipo de recursos muy populares y los pone sobre la mesa. Pero fundamentalmente porque es un escritor que sistemáticamente está metiendo el dedo en la llaga, lo hizo con sus dos primeras novelas, la crítica a los pueblos chicos, su característica conservadora, reaccionaria, sumamente machista como el lo llamaba.

Lo hizo con “Buenos Aires affair” donde era explosivamente sexual en medio de un contexto de dictadura entre Onganía y Lanusse. “El beso de la mujer araña”, quizá su novela más provocativa pero al mismo tiempo más revolucionaria. Ser revolucionario en los años 70 no es, me parece, escribir libros sobre la revolución, sino conjugar en un mismo espacio a un homosexual y a un militante setentista, cuando las organizaciones populares tenían una homofobia muy grande, cuando en Cuba se estaba discutiendo si los homosexuales eran enfermos.

Pubis angelical”, donde todos los militantes están quebrados, en el exilio y empezaron a realizar un revisionismo sobre quien era Perón, si era o no revolucionario. “Maldición eterna a quien lea estas páginas” que también tiene un tema de discusión aunque no tan profundo, después “Cae la noche tropical”. Todo el tiempo está, el decía, tratando en su literatura de explicarse o solucionar temas como si fuese una terapia.

Me parece que fue un adelantado a los temas de género. Manuel Puig hace cuarenta, cincuenta años estaba planteando el tema del género, que hoy parece ser uno de los temas de la coyuntura de las discusiones en el mundo y en la Argentina.

Desde ese momento estaba discutiendo el tema de la paridad de género, temas sexuales. Un intelectual orgánico a nada porque no era orgánico a movimientos políticos, aunque claramente tenía un pensamiento progresista, de izquierda.

Me parece que eso lo pone en un lugar muy importante y fundamentalmente su literatura sigue siendo muy dinámica. Si hoy leemos una novela suya sigue teniendo recursos muy dinámicos, y quizá leemos otros escritores y quedan un poco anacrónicos, una prosa que ha quedado un poco fuera de coyuntura.

Sus obras de teatro tienen una frescura con una prosa mordaz y corrosiva, me parece que eso lo transforma en un escritor clave para la escritura latinoamericana.

Trailer del documental: https://www.youtube.com/watch?v=Q7won34U_fo

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