Maria Cristina Krieger: «Está comprobado que donde hay árboles las temperaturas se morigeran»

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Por Federico García

En el año 2012, el Observatorio de Desarrollo Territorial de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) comenzó a realizar el 1 º Censo del Arbolado Público de la ciudad de Avellaneda. Entre los objetivos estaba el de obtener información de la calidad, cantidad, ubicación, distribución y estado general de los árboles existentes en el espacio público de la ciudad.

En el 2013 se presentaron los primeros mapas temáticos y en el 2014 se envió toda la información al Municipio de Avellaneda, y se envió al Concejo Deliberante un proyecto de arbolado público, que se promulgó el siguiente año. De ese momento se plantaron diez mil árboles en la ciudad.

Para conocer más de este proyecto, cómo y porque decidieron llevarlo adelante, y conocer la importancia de los árboles, nos comunicamos con María Cristina Krieger, Ingeniera Forestal, docente de la Licenciatura de Ciencias Ambientales en la UNDAV e investigadora del Observatorio de Desarrollo Territorial de dicha Universidad.

-¿Por qué decidieron realizar un censo de arbolado público en la ciudad de Avellaneda?

Esto fue una iniciativa que surgió desde el Observatorio de Desarrollo Territorial de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). Se nos ocurrió hacer esto porque en muchos municipios los árboles que plantaron los vecinos hace muchos años no tenían presente que podían tener después. Hay árboles que no son adecuados a las veredas, son muy grandes entonces terminan rompiendo no solamente la superficie de la vereda sino todo lo que hay abajo, tapan las luminarias.

Se trató de hacer este proyecto, en conjunto con la Municipalidad de Avellaneda, para ver que es lo que hay, en que cantidad y en que situación se encontraban. Cuantos árboles había, si son peligrosos, si algunos estaban muertos, para tener un inventario del arbolado y de acuerdo desarrollar un trabajo. Quedó como una herramienta para la Municipalidad.

-¿Han tenido en cuenta otras experiencias en Argentina o en el mundo para llevar a cabo este censo?

Si, antes de implementarlo estuvimos investigando, buscando datos, ciudades de la provincia de Buenos Aires que han hecho censos tenían armadas todas las planillas. Hay varios lugares donde se hicieron censos en nuestro país.

-¿Por qué decidieron trabajar con los jóvenes del programa “Más y Mejor Trabajo” y cuál fue la experiencia?

Teníamos los recursos en ese momento para hacerlo pero nos faltaba el recurso humano. Hicimos varias experiencias con voluntarios, estudiantes de la UNDAV, con alumnos del Instituto ISDECAT de Avellaneda, pero nos surgió el problema que no tenían disponibilidad horaria. Esto es algo que hay que hacer durante el día y en la época que los árboles están verdes. A los alumnos les sirvió pero necesitábamos continuidad.

UNDAV

La UNDAV estaba trabajando con jóvenes del programa “Más y Mejor Trabajo”, y nos ofrecieron jóvenes de este plan para hacer una prueba piloto. Son chicos que no habían terminado el secundario, ya tenían más de 18 años. Entonces para incentivarlos a que terminen el secundario tenían la obligación de trabajar cuatro horas y de terminar el colegio secundario. Empezamos con un grupo reducido para hacer una prueba, los capacitamos. Porque no es solamente darles una planilla y que salgan a la calle a tomar medidas, había que capacitarlos para que vean cómo son los árboles, identificar si estaban enfermos, si podían ser peligrosos para los transeúntes o los automóviles.

Resultó que a los chicos les gustó, cuando nosotros nos juntábamos en la Universidad, muchos de ellos nos comentaron que se veían iguales a los otros alumnos que estaban en la facultad, que nunca habían entrado. Y la verdad que eso nos apasionó porque estaban muy entusiasmados, era algo muy lindo verlos crecer y desarrollarse. Se interesaron por el trabajo, algunos terminaban el secundario y muchos de ellos se anotaron en una carrera, otros hicieron un terciario, otros salieron a trabajar. Pasó a ser un proyecto de censo del arbolado público a tener también una faceta social.

Nos entusiasmó mucho porque estos jóvenes estaban dispuestos a aprender. No era solamente salir a la calle a censar, después todos esos datos ellos mismos los volcaron en las computadoras. Siempre estaban con dos becarios de la facultad que los guiaban. Fue una experiencia muy gratificante

-En el proyecto mencionan la necesidad de distribuir las especies según las necesidades de cada comunidad, ¿a qué se refieren?

Hace muchos años atrás a cualquier persona que tenía un frente le gustaba un árbol y lo plantaba. Vos ves una vereda que tiene dos metros y medio que tiene un roble o una araucaria o un jacarandá, que son árboles para casas. Cuando empiezan a crecer superan la altura de las casas y después no sabes que hacer con el árbol.

Entonces surgió la necesidad que el municipio se haga cargo de decir donde hay que plantar y que, pero para hacer eso tenían que tener identificados los árboles. Toda esa base datos se la dimos y ellos llevaron adelante un plan de plantar diez mil árboles en la ciudad de Avellaneda. En base a los datos que nosotros les dimos del censo ellos sabían de dónde sacaban árboles o dónde había árboles muertos que había que sustituir. Ahí empezaron a poner árboles que no deteriores las veredas ni los caños ni los frentes de las casas.

-¿Cómo se encuentra la ciudad de Avellaneda en cuanto a los parámetros internacionales de espacios verdes y arbolado?

Es muy irregular. Hay lugares que faltan muchísimos árboles o que no hay, y otros que están muy arbolados. A mi criterio faltan árboles. En los últimos años se encargó de ir plantando especies, sobre todo nativas de la Argentina, porque se adaptan mejor al clima que tenemos. La mayoría de los árboles que teníamos antes eran traídos de otros países.

-¿Cuál es la diferencia que sean árboles nativos o de afuera?

Los nativos se adaptan más al suelo y al clima. No hay necesidad de plantar un árbol que crece zonas frías. Es más lógico tener un árbol que crece dentro de las temperaturas de esta zona.

-¿Cuál es la importancia del arbolado urbano en una ciudad?

Está comprobado por muchos estudios que donde hay árboles las temperaturas se morigeran. Cuando hace calor se mantiene más fresco si hay árboles en las veredas. Además, hay un considerable ahorro de energía. Te doy un ejemplo que lo estoy viviendo yo. Tengo en mi frente un árbol que es bastante grande. Hay dos habitaciones que dan al frente, mi habitación es más fresca, la que está al lado es más calurosa. También es importante que pierda las hojas. Porque si ese árbol no pierde las hojas en invierno, como pasa con muchas especies, me taparía el sol y haría más frío.

Además, cuando cae la lluvia, donde hay un árbol drena más fácilmente hacia las profundidades el agua. Donde no hay árboles no drena, menos en la ciudad porque está tapado de cemento.

-¿Qué sería el estado fitosanitario de los árboles?

La salud de los árboles. Habrás visto que en las calles hay muchos árboles que están enfermos, algunos están muy ahuecados o que están comidos. En Avellaneda hay paraísos, que cuando se vuelven muy añosos se enferman por la zona, porque la temperatura no los favorecen. Y al enfermarse se vuelven más quebradizas las ramas, se rompe el tronco y ahí es donde se producen, cuando hay viento, las caídas de los árboles, las roturas de las ramas, con lo peligroso que es eso.

1 pensamiento sobre “Maria Cristina Krieger: «Está comprobado que donde hay árboles las temperaturas se morigeran»

  1. Excelente proyecto e iniciativa que ojalá se generalice en todas las localidades de la Argentina. La información que surge de estos programas es muy relevante y permite, seguramente, mejorar y ordenar el ambiente. Muy buena nota sobre acciones positivas que se llevan adelante en nuestra Provincia con la participación de gente joven y entusiasta. Felicitaciones!!!!

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