Daniel Gismondi: «Estamos pidiendo una exención de los impuestos durante la pandemia»

Fuente Espacio 44

Por Federico García

Domingo 5 de Abril de 2020 – Uno de los sectores que padece la cuarentena, y uno de los últimos en volver a la actividad, son los teatros, centros culturales, salas de cines. A éstos se suman los bares, restaurantes, cervecerías. En este sentido, Red Baires se comunicó con Daniel Gismondi, presidente de la Asociación de Teatristas del Plata (ATEPLA) y propietario de Espacio 44 (Av. 44 e/4 y 5).

La pandemia nos privó de ver una obra de teatro en una sala, una experiencia que perduró por siglos y lo seguirá haciendo, pero en la actualidad, por recomendación sanitaria, debemos quedarnos en casa y, en el mejor de los casos, conformarnos con hacer cursos virtuales y ver teatro por Internet. Mientras esperamos el momento de reencontrarnos todos en una sala de teatro para disfrutar clásicos, nuevos autores, comedias o dramas, Daniel Gismondi cuenta cómo están atravesando este duro momento.

-¿Cómo están atravesando los teatristas de Las Plata la pandemia?

Desde que empezó todo, en marzo, nosotros veíamos que se venía una epidemia. Tuvimos la experiencia de la gripe H1N1. Como estamos bien organizados, a través de ATEPLA, ya empezamos a tener contacto entre nosotros para anticiparnos a lo que se venía. Así que cuando empezó todo fuimos de los primeros que cerramos porque nos dimos cuenta que era peligroso para la gente.

Fuente: Espacio 44

Fuimos de las actividades que se autoimpusieron un cierre. En marzo estábamos arrancando la temporada. El primer fin de semana de marzo todavía no había cierre pero ya estaban apareciendo los casos, entonces ese fin de semana mismo, que recuerdo en Espacio 44 teníamos programado viernes, sábado y domingo, hicimos la del viernes, y la del sábado y domingo las suspendimos, por más que tuviéramos reservas y sala llena. Vimos que se venía algo grave. En esa época veíamos como venía la mano por España e Italia.

Por suerte también los organismos gubernamentales, el Instituto Nacional del Teatro, el Concejo Provincial de Teatro Independiente, que administran políticas públicas de teatro, enseguida tuvieron un reflejo rapídisimo de reconvertir presupuestos y empezar a gestionar, porque la gestión de subsidios de teatro tiene un coglomerado bastante grande a nivel burocrático para garantizar la llegada de los fondos a donde tienen que llegar.

Fuente: Espacio 44

Enseguida lanzaron el “Plan Podestá” con las salas que venían recibiendo subsidios. Posteriormente armaron otro plan más amplio para salas o grupos que no estaban contempladas en el primero. Lo que pasa es que, ante el desastre generalizado de la pandemia, sigue siendo insuficiente. Hay muchos compañeros que están en verdadero estado de desesperación porque han perdido sus ingresos. Hay actores que se dedican exclusivamente a dar clases de teatro particular y a la actuación. En esos casos quedaron bastante mal parados.

En general viene bastante organizado lo que es el movimiento teatral. A nivel provincial se armó una red, para poder acercarle a los gobiernos propuestas y solicitudes. El panorama es desolador y el teatro será uno de los últimos rubros en entrar en actividad. Lo que aspiramos es que no se caigan salas. A pesar de que está la actividad parada apostamos a que las salas se puedan mantener porque son fuentes laborales y donde se va a poder reorganizar todo el movimiento teatral y cultural.

-¿Cuáles son los gastos fijos que tienen en este momento y cómo lo están solventando?

Ese es el tema más álgido en este momento. Nosotros estamos pidiendo en este momento a las autoridades provinciales y municipales una exención de los impuestos durante la pandemia. Así como el trabajador teatral está sin trabajar, los que gestionamos una sala de teatro también tenemos deuda, que se va acumulando. Los gastos de servicios e impuestos siguen llegando y después hay otros gastos que tienen que ver con el mantenimiento de los lugares. En mi caso, hace poco estuve arreglando los techos, si tenes una gotera hay que solucionarlo.

-¿Han tenido alguna reunión con el Secretario de Cultura y Eduación del Municipio de La Plata?

Nosotros tuvimos hace aproximadamente tres semanas una reunión con el Secretario de Cultura de la Municipalidad (Martiniano Ferrer Picado) y nos notificó que estaban tratando de gestionar este tipo de exenciones. Lo que pasa es que todavía no hubo ninguna novedad al respecto así que pensábamos tener alguna otra reunión. Realmente es importantísimo porque los espacios teatrales necesitan, por un lado, apoyo de las políticas públicas que ya venían implementándose.

El Instituto Nacional del Teatro da apoyo para el sostenimiento de salas que ayudan para renovar infraestructura y solucionar algunos problemas técnicos, pero también hay salas donde se suma el tema del alquiler, que en algunos casos han podido hacer arreglos con los dueños pero son arreglos temporales que duran hasta que el dueño diga basta. Y también en otros casos además tienen algún empleado con salario, si bien la mayoría son salas autogestivas, el 90 % son salas donde somos actores que gestionamos nuestro lugar de trabajo, entonces en la cuestión del salario estamos un poco más aliviados.

En el caso de algunas salas, a los empleados se les sigue pagando el salario, sobre todo personal de limpieza o técnico que tienen un trabajo fijo ahí. En general se trata de sostener esos puestos laborales pero es muy difícil porque no es un rubro que pueda hacer delivery o funcionar igual con la persiana cerrada. Hay mucho ánimo de ponerle pecho a los espacios.

En ese sentido elaboramos un protocolo en base a las necesidades de las salas de teatro independiente e informes técnicos de personal de salud que habían elaborado otros protocolos. En la reunión que tuvimos con el Secretario de Cultura nos informó que ese protocolo que nosotros enviamos a provincia fue inmediatamente enviado a provincia. Las salas de teatro independiente son espacios muy específicos, donde no hay comida ni bebida, no hay actividad de otro rubro que no sea ir a ver el espectáculo.

En una sala de teatro independiente es muy ordenada toda la rutina que se hace, se ingresa a determinado horario, hay un lugar donde se guarda la escenografía, donde se cambian los actores, los espacios están muy ordenados, entonces es más fácil hacer un protocolo, donde podes delimitar espacios, es una actividad que se repite siempre de la misma manera.

No hay ninguna posibilidad que se realice un hecho que haga que venga más gente de las que esperás. En general es mirado como que el teatro es un hecho infeccioso y lo es mucho menos que otras actividades. Hicimos el protocolo para tenerlo listo cuando se genere una apertura, pero en ningún momento pensamos en acelerar ningún plazo del que la autoridad sanitaria está estableciendo. No somos anticuarentena, somos conscientes que la única salida es que se ordene el sistema sanitario. Luego, cuando la curva ceda, ahí poder empezar a funcionar con recaudos.

-Con respecto al teatro vía streaming, ¿lo pensaron como una alternativa? ¿lo ves viable?

En lo inmediato es una herramienta que acá se está utilizando. No tanto el streaming de obras sino de clases teatrales, que estaba parado y empezó a activarse. Se está pensando en la posibilidad, las salas están viendo la posibilidad de equiparse. El protocolo que presentamos tiene tres fases. Una primera fase sería que se autorice el ingreso de los trabajadores de la sala de teatro independiente para efectuar tareas de mantenimiento. Luego hay una segunda fase donde se plantea que se autoricen los ensayos, las reuniones para empezar a armar obras y en ésta fase se incluye, en una situación controlada, la posibilidad de realizar streaming dentro de los teatros. Y la tercera fase sería cuando la pandemia haya cedido, con público y un protocolo sanitario que tiene que ver con tomarle la temperatura a cada espectador, una serie de situaciones a la que estamos habituados en este momento cuando uno ingresa a un lugar público, y también incluye la menor cantidad de espectadores, un tercio de la sala completa.

-A nivel provincial, ¿hay alguna localidad donde se esté pensando en volver antes al teatro?

Por ahora el teatro en la provincia esta parado. En algunas localidades de la provincia, que están sin casos o con menos casos, hay actividades que están funcionando pero la teatral no. De todos modos, cada lugar tiene su propio protocolo, según la sensibilidad respecto a la pandemia. También hay que tener en cuenta los protocolos según sea un teatro independiente, un centro cultural o un teatro comercial. Cada uno debe tener su propio protocolo. Un centro cultural que tiene actividades variadas, espacios de comida, necesita otro protocolo distinto a las salas de teatro. De todos modos, estamos trabajando de forma conjunta. Estamos intercambiando protocolos.

Con la Asociación de Empresarios Teatrales de la ciudad de Buenos Aires estamos con contacto fluído, con varias asociaciones de teatristas de Capital Federal. Las salas comerciales elaboraron un protocolo muy interesante, que a nosotros nos sirvió de guía pero no sirve para los teatros independientes porque manejan otro volumen de público, y el teatro comercial maneja otro presupuesto para material sanitario.

-¿Crees que puede haber un cambio en el teatro luego de la pandemia?

Hay algo del ritual de la sala teatral, la salida, la necesidad de la gente de socializar, que no va a cambiar. Nosotros apostamos fuerte a una política del retorno a la cultura, donde va a hacer falta una rol fuerte del Estado para despegar un poco a la gente de Netflix y de las variables del consumo cultural envasado en sus casas, y el retorno a la cultura en los lugares donde se venía realizando que genera un intercambio más variado.

No creo que sea un camino de ida el streaming, creo que lo estamos padeciendo, no escucho a nadie feliz por tener que dar las clases por Zoom , más vale todo el mundo se está quejando, no hay un estado de felicidad . Es una herramienta super útil, que nos ha servido muchísimo en esta situación de pandemia, ha permitido que la gente pueda quedarse en su casa, pero no me parece que sea algo que va a instalarse, será una herramienta más. En el ámbito de la educación será una herramienta más pero nada reemplaza al aula, al intercambio en el colegio, hay situaciones que tienen que ver con los contactos humanos que no son viables que sean reemplazados.

El teatro es muy reactivo, ha pasado por grandes guerras que tuvo la humanidad, y siguió siendo teatro presencial. Lo que si estamos en un fenómeno que nos va a llevar un tiempo, una campaña de confianza donde la gente, una vez pasado esto, vuelva a los espacios teatrales, que vamos a tener todos, nos va a costar salir a la calle, volver al contacto con el otro cuando pase el peligro.

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